domingo, 3 de noviembre de 2013

Opinión personal sobre la oralitura - Cybergrafia

Opinión personal

Mi opinión personal sobre toda la oralitura trascendente de Colombia es que esto es lo único que nos esta quedando de recuerdos o de la literatura existente de varios siglos atrás, que ahora es muy poca la gente que le interesa leer o aprender sobre estos cuentos, leyendas y mitos que nos cuentan nuestros abuelos o nos contaban y esto es lo malo de la juventud, que ya no nos interesa aprender sobre nuestros antepasados porque esta juventud ya lo tiene todo en el Internet, ya ni siquiera necesitan tocar un libro, pero lo peor de todo es que esta juventud aunque le ponen todo mas sencillo le da pereza solo buscar información e ir estudiando de forma autónoma o aprendiendo sobre algún tema por lo mismo, por que saben que todo es mucho mas fácil y ya no les interesa  entonces así es que se esta acabando con la oralitura y no solo es en Colombia sino en todo el mundo, esto quiere decir que dentro de unos 30 años no abra ningún tipo de oralitura en el mundo y no se contaran historias, leyendas ni mitos. 

Cybergrafia

-http://afrocolombiano.blogspot.com/
-http://m.eltiempo.com/lecturas-dominicales/literatura-indgenas-en-colombia/10263085
-http://aprendeenlinea.udea.edu.co/revistas/index.php/elc/article/viewFile/12924/11640
-http://www.culturaspopulareseindigenas.gob.mx/cp/index.php?option=com_content&view=article&id=116:oralitura&catid=60:mexico-multilinguee
-http://ihlc.udea.edu.co/delc/index.php?tema=546
-http://aprendeenlinea.udea.edu.co/revistas/index.php/elc/article/viewFile/12924/11640

sábado, 2 de noviembre de 2013

La lengua y lo afro : de la literatura oral a la oralitura

LITERATURA ORALIDAD CULTURA AFRODESCENDIENTE

Este ensayo aborda la oralitura, concepto que alude a la comunicación que inscribe las prácticas orales, rituales, sociales-performativas, además de las prácticas de escritura en las comunidades afro. Pasando por los procesos de inscripción de la lengua española durante la colonia, en las que éstas tuvieron que aceptar y adaptar la institución lingüística dominante de forma violenta; la asunción local y personal de la lengua mediante inflexiones para derivar en la onomatopeya; hasta la apropiación colectiva de la lengua y la incorporación en ésta de una cosmovisión; el ensayo discute los postulados de la sociolingüística frente a los de la etnometodología. La idea es ver cómo los afroamericanos elaboran sus narrativas. La oralitura vendría a ser el dispositivo comunicacional como lenguaje-nación.


Cuentos y Leyendas

Los Cuentos 

transmitidos de generación en generación han cumplido en todas las sociedades, las africanas incluidas, diversas funciones. Una de ellas, es el inculcar desde muy jóvenes, a los niños los valores de la comunidad. No es extraño, por esta razón, encontrar las narraciones de los cuentos muy conservadoras e inmovilistas. Un claro ejemplo de este intento transmitido en algunos cuentos podemos verlo en el Cuento del Solterón. Los cuentos reforzaban una moral social, explicando las reglas que rigen la vida de la comunidad y sus valores (el protagonista es recompensado o castigado según sus méritos).
Otro papel importante de los cuentos ha sido el de su carácter pedagógico e instrumento de aprendizaje para los más pequeños. En algunas sociedades africanas era costumbre no comunicar nuevos conocimientos a un niño antes de haberle contado un cuento o haberle propuesto una adivinanza, para según cuales fueran las reacciones del niño juzgar si el nivel intelectual del niño era suficiente para recibir nuevos conocimientos y avanzar en su aprendizaje. Para la mejor comprensión de las lecciones sobre las cosas que eran objeto de enseñanza se recurre en los cuentos a cosas del entorno natural (fauna, flora, entorno geográfico, ...) que es más fácil de ser retenido por el niño.

Mitos y Leyendas

En cambio, los mitos y leyendas han servido para explicar lo desconocido, el origen de una sociedad, su historia,  ... dando cohesión a una comunidad.
Se estima que en Africa existen más de 250.000 mitos, leyendas y cuentos populares. La mayoría son transmitidos mediante relatos en prosa, y suelen ser del mismo género (intrigas) y contenidos similares (peripecias de personajes y objetos)  a los que se encuentran en otras esferas culturales del Mundo Antiguo, lo que parece demostrar las inter-relaciones entre culturas diversas y distantes. 
Entre los mitos más célebres transcritos por los etnólogos figuran los que componen la mitología Dogón en la que se explican las diferentes manifestaciones de la naturaleza (antropología, botánica, zoología, geología, astronomía, anatomía y fisiología), así como los fenómenos sociales (estructuras sociales, religiosas y políticas, tecnicas, artísticas, económicas, etc.). 

CUENTOS
LEYENDAS

Oraliteratura de campesino en Colombia

LOS PUEBLOS CAMPESINOS Y SU FOLCLOR-MITOS, LEYENDAS Y CREENCIAS

Los mitos folclóricos.

Un estudio sobre los Mitos folclóricos nos presenta un conjunto de creencias brotadas del fondo emocional, las cuales se expresan en un juego de imágenes y de símbolos y se manifiestan como una fuerza operante en la sociedad. El conocimiento de los mitos equivale en algunos pueblos a llegar al secreto de origen de las cosas y a la adquisición de un poder mágico sobre ellas, gracias al cual se logra dominarlas, multiplicarlas o reproducirlas a voluntad. El mito se presenta como una realidad viviente de la que se cree, acaeció en los tiempos originarios, e influye continuamente en el mundo y el destino de los hombres.
Los mitos boyacenses han sido transmitidos por tradición y aparecen en nuestro presente como supervivencias del pasado. Algunos son chibchas, con raíces milenarias muy profundas en pueblos asiáticos y oceánicos. Otros son españoles, con profundas raigambres europeas, traídos a estas tierras en los siglos del coloniaje.
Uno de los aspectos que relaciona los mitos boyacenses con los colombianos y latinoamericanos, es el sentido general en la relación de los dioses tutelares o personificaciones de las fuerzas naturales que gobiernan la vida de los pueblos y los campos. Todo objeto extraordinario en la naturaleza es supuesto como poseedor de un núcleo o una esencia espiritual, la cual desempeña un papel activo en la existencia de lo que rodea y comprende a los hombres. Los dioses tutelares o mitos populares se pueden presentar como enemigos temibles o grandes amigos de las gentes.
Los campesinos boyacenses respetan profundamente los lagos, las montañas y las rocas; ninguno habla de nadar en dichos lagos, y ni siquiera de lavar allí sus ropas. Consideran que los "espíritus" o los "encantos" están vinculados a los fenómenos físicos, los ríos, las montañas y las lagunas; inclusive cuando pasan cerca de ésta, hacen la señal de la cruz. Algunos campesinos boyacenses creen que los espíritus del agua no solo viajan bajo la tierra, sino también toman fuerza humana y caminan de un lugar a otro; piensan que los espíritus de la montaña son más feroces en las horas nocturnas y mucho más los viernes de semana santa.
Según los campesinos mestizos de las cercanías de la laguna de Fúquene, el dios tutelar Fú se opuso a la construcción del ferrocarril que el gobierno hizo entre Zipaquirá y Chiquinquirá. Cuentan los campesinos que cuando la obra llegó a bordear la laguna, los trabajadores tuvieron muchos problemas, pues de un día para otro la obra aparecía destruída sistemáticamente. Pero como la constancia de los trabajadores era Infatigable, cuentan los campesinos, que un día con su paciencia ya agotada, el mito del agua apareció ante los hombres en forma humana y. les dijo: "Ustedes están invadiendo mi palacio", y en forma amenazante desapareció: No sobra decir que los aterrados trabajadores decidieron prudentemente trasladar el terraplén del ferrocarril a otro lugar. (43)
Cuando en abril de 1972 se desbordó la "Laguna Negra" o del Carrizal, en el río Arcabuco cerca de Tunja, y fué la causa de una gran inundación en toda la región, muchos campesinos boyacenses creyeron en la ira de los espíritus de la Laguna negra. Los campesinos creen que la laguna es un ser sobrenatural cuyas dormidas pasiones suelen estallar súbitamente con fuerza incontrastable: la laguna se lamenta, se encoleriza, se envenena y toma venganza agitando con violencia sus aguas y suscitando tremendas tempestades, o bien dejando salir de su seno monstruos o "espíritus" malignos. Esta supervivencia mítica tiene profundas raíces chibchas y está relacionada con el "Mito de Bachué", madre del linaje humano, quien emergió de la laguna de Iguaque, se casó con su hijo, pobló la tierra y volvió a la laguna. Por ello, los chibchas fueron adoradores del agua, en un mito que se transmitió a los campesinos boyacenses.
Otros mitos chibchas del Altiplano cundiboyacense son dignos de mencionar: el mito sobre la creación del sol y la luna; los mitos de Nemqueteba y Bochica; el mito del origen del Salto de Tequendama, el mito de Chiminigagua o creador y otros.
En Boyacá encontramos gran diversidad en los mitos folclóricos, la mayoría de los cuales son comunes en Colombia y en otras áreas de Hispanoamérica. Entre ellos destacamos los siguientes: La Llorona, es un mito de los pueblos y los campos boyacenses que se distingue por sus macabros plañidos, y según los campesinos aparece como una mujer con largas vestiduras y rostro de calavera, llevando en sus brazos un niño muerto.
El Cucacuy, es un mito del Valle de Tenza que se presenta como un hombre fabuloso que sale desnudo por las noches a calentarse en las parrillas. Lleva siempre en la mano un largo bordón en cuya extremidad pende un calabazo que encierra varios demonios. Silba de un modo especial en la uña del pulgar, para que tal efecto se deje crecer; las gentes creen que se trata de un varón no bautizado y que tiene pacto con el diablo.
Otros mitos campesinos se han registrado en Boyacá, como en otras regiones de Colombia: El Jigura o patas, La Mancarita, el gritón, el sombrerón, el patetarro, la patasola, el hojarasquín del monte, la madremonte y otros seres míticos que recorren los campos boyacenses, caminos, poblados y veredas. Algunos son el temor de los caminantes en noches de oscuridad; vengativos, chanceros y madrugadores; sobresaltan las doncellas, despistan los cazadores, asustan a los campesinos que regresan a sus casas después de los velorios y de los alumbrados. Los campesinos boyacenses creen en sus mitos y en los lugares de los encantos; las gentes creen en ellos "porque los hay, los hay".
Los mitos, en las ciudades están relacionados con los ESPANTOS. Tunja ciudad colonial presenta diversos espantos mitológicos que han llenado el terror de los tunjanos en muchos años. Señalamos entre ellos: el farol de las Nieves, el espanto del Panóptico, el perro de San Francisco, el espanto de la Fuente, el toque de las ánimas y los espantos de dominicos y franciscanos en diversas casas coloniales de la ciudad. (44)
EL FAROL DE LAS NIEVES. Se trata de un espanto legendario que aparece como un "farol" o bomba luminosa que sale de la iglesia de las Nieves, a una altura de unos diez metros, suspendido en el aire, con rumbo caprichoso, pero en dirección de la plaza principal. Se detenía en algunas casas cercanas a la catedral. Este espanto tiene relación con la famosa "emparedada", una joven que recibió el castigo de su padre por buscar un matrimonio a disgusto y a escondidas. Conocedor el padre de este problema, salió con un farol en busca de su hija por la calle que va a la catedral, y al no poder convencerla, determinó emparedarla en una alacena que existía en una de las piezas de la habitación. Con el tiempo surgió el farol de luz amarillenta que recorría la ciudad y sus contornos.
EL ESPANTO DEL PANOPTICO es un espanto de la antigua Penitenciaría de Tunja, en el antiguo convento de los Agustinos, hoy en ruinas. Aparecía en los viernes santos y el 2 de noviembre de los difuntos; las gentes veían salir de la antigua sacristía de la iglesia, la extraña figura de un monje que se dirigía a lo largo del corredor. Si alguien se interponía al monje, éste se le avalanzaba y lo arrojaba al patio con violencia. Veían un fraile vestido de negro con capucha y mangas anchas, con un cordón o cinto al lado; al verlo encontraban una calavera bajo la capucha.
EL PERRO DE SAN FRANCISCO, se trata del espanto del perro de piedra que existía en el antiguo convento de San Francisco, el cual pasó posteriormente al Batallón Bolívar. Este perro era de gran tamaño y se presenta sentado mirando hacia el muro oriental. Los tunjanos creían que en horas avanzadas de la noche, se sentía un extraordinario terror cerca del perro: escuchaban sus aullidos, el arrastre de cadenas, ladridos terribles y ojos con fuertes luces.
EL ESPANTO DE LA FUENTE, se trata de los quejidos y cantos de lavanderas que los tunjanos escuchan en la Fuente Grande.
EL TOQUE DE LAS ANIMAS en la iglesia de San Francisco, aparece en la segunda mitad del siglo XIX después de regresar los religiosos a sus conventos abandonados en los años de la Radicalización. En dicho templo, cuando uno de los monjes iba a hacer el "Toque de las Animas"al pasar por la iglesia encontraba iluminado el altar y un sacerdote con casulla roja dirigiéndose al altar y llevando en sus manos un vaso sagrado; daba la sensación que esperaba un ayudante. Durante muchos años los legos no iban al Toque de las Animas por miedo al espanto, hasta cuando uno de ellos se atrevió a ir al altar y ayudarle al padre, quien era un alma en pena y solicitaba de la comunidad franciscana comulgara una vez por mes por su redención. Desde entonces se volvió a escuchar el repicar de las campanas en el toque de las Animas en San Francisco.
LOS ESPANTOS DE DOMINICOS Y FRANCISCANOS. En algunas casonas coloniales de Tunja existen las consejas sobre las apariciones de monjes. Ven monjes corriendo las piezas y corredores; se detienen en determinados sitios y dan golpes, con gran terror para quienes los escuchan. En algunos casos los tunjanos veían monjes asomados en las ventanas; en otras insistiendo para que los sacaran de penas y descubrieran los tesoros ocultos.
LOS DUENDES. Un mito muy generalizado en Boyacá como en muchos lugares de Latinoamérica es el de los Duendes. Son seres míticos traviesos que aparecen en los campos, en los pueblos y hasta en las ciudades, y son considerados como seres míticos traviesos. En las minas los duendes aparecen entre los trabajadores en formas de enanos con vistosos y llamativos trajes; arrojan lluvias de piedras sobre los techos de las casas en donde quieren cebarse; en los campos persiguen las mozas casaderas; se roban las provisiones; abren las corralejas de los terneros, se ríen en los cielos rasos y esconden las escobas. Los duendes gustan de las casas viejas, correr baúles para asustar a los habitantes, etc.
Otros mitos que han sido estudiados son: la dama peluda, el currucucú, el jinete negro, el ánima sola, la cabellona, la viudita, la mula de tres patas, etc.
Como hemos podido apreciar, en los campos y poblados de Boyacá existen infinidad de "Mitos", que conforman una mentalidad mítica colombiana. La imaginación primitiva, desde hace milenios de años, creó una serie de deidades y les dió forma corpórea visible y viviente, para explicarse así el origen de las cosas y de los hombres. Así el hombre se siente parte de la naturaleza y afirma su fraternidad con las especies animales y sus relaciones con los astros, las plantas, etc.
Un aspecto que está relacionado con la mentalidad mítica del boyacense es la importancia que da a la manifestación de la fuerza en los fenómenos naturales, humanos y animales. Las gentes piensan que cualquier cosa que manifieste fuerza o relación con lo trascendente es sacro y por consiguiente puede ser venerado. Los astros, los mares, los ríos, los lagos, las montañas, animales, plantas y fenómenos naturales, y aún los mismos hombres, pueden ser mitificados, en cuanto revelan la fuerza o el espíritu que los anima.

 Las leyendas populares

Las leyendas populares se presentan como narraciones que tienen un recuerdo histórico básico, complementado con la fantasía y misterio de las gentes.
Algunas leyendas son chibchas, a través de las cuales se han tejido muchas consejas que superviven. Mencionamos entre ellas: la leyenda de Hunzahúa, el fundador de Tunja indígena; la leyenda de Goranchacha, los Cojínes del Zaque, la leyenda de Aquimín, y otras. (45)
La Leyenda de Hunzahúa, está alrededor del fundador de la legendaria Hunza. El Zaque Hunzahúa se enamoró de su hermana Noncetá, y según las leyendas chibchas el incesto era prohibido. Al tener conocimiento la cacica madre Faravita, quiso castigar a su hija con la misma pala para revolver la chicha, pero la niña daba vueltas en torno a la vasija con gran agilidad. En un arranque de ira, Faravita lanzó la pala y rompió la olla; la chicha empezó a regarse y de la misma tierra brotó agua aumentando así el líquido amarillento, conformándose un gran pozo, que es el que hoy se llama en Tunja Pozo de Donato. Cuando Hunzahúa bajó de los cojínes del zaque de la ceremonia al sol, encontró en su cercado la triste realidad de su pecado y en los alrededores una muchedumbre que protestaba contra el incestuoso. Esto decidió la fuga de los dos hermanos y la "maldición" que desde el alto conocido hoy como "San Lázaro", hiciera Hunzahúa a su ciudad: "Serás estéril; nunca más flores ni árboles verán tu suelo; tu tierra será desnuda y barrancos ay no tendrás más compañero que el viento y el frío". Los hermanos siguieron su viaje; tuvieron una cueva en Susa en donde nació Bochica en el Salto del Tequendama; allí fueron convertidos en las piedras al borde del abismo.
La Leyenda de Goranchacha el profeta. Goranchacha era hijo del sol y de una doncella de Guachetá; al cumplir 24 años pasó a Ramiriquí y Sogamoso en donde fué recibido como hijo del sol. Recorrió las tierras chibchas recordando las enseñanzas de Bochica, la obligación de adorar a los dioses, venerar a los caciques, guardar la paz, etc. Cuando tuvo conocimiento del castigo brutal que hizo el cacique de Ramiriquí a uno de sus súbditos, le dió muerte, se apoderó del cacicazgo y se radicó en Hunza en donde ejerció el primer gobierno dictatorial. Hizo edificar un templo al sol con grandes piedras traídas de diversas regiones; este templo se hizo en el lugar que hoy ocupa la Universidad en Tunja. Según la tradición, Goranchacha profetizó la venida de una raza extraña, la cual esclavizaría al pueblo chibcha por haber olvidado las enseñanzas de Bochica.
Otras leyendas indígenas encontramos en Boyacá: La leyenda de Furatena en el territorio de los Muzos y las esmeraldas, alrededor de los cerros que fueron adoratorio de los chibchas. La leyenda de Huán en el templo de Iraca; la leyenda de Azay, la leyenda de la princesa Anachué, la leyenda de Tomaghata o el cacique Rabón, la leyenda deIdacansás en Sogamoso; las leyendas de los Laches y de los Boches hacia el norte de Boyacá y otras.
Otras leyendas populares de Boyacá surgieron en los siglos de la Colonia alrededor de narraciones extraordinarias e históricas en la antigua provincia de Tunja. Unas se presentan como proyección de leyendas universales como es el caso del Judío Errante; otras surgieron de acontecimientos históricos que hicieron impacto en el Nuevo Reino, como fué el caso de la famosa Calle del Arbol alrededor de los crímenes de Doña Inés de Hinojosa.
La Leyenda del Judío Errante en Tunja aparece desde finales del siglo XVI. Se trata de la visita que hizo Ahseverúsel judío de los tiempos de Jesucristo, quién según la leyenda universal que se ha ubicado en muchos lugares del mundo, gritó a Jesús en el camino del Calvario "anda", cuando el nazareno quiso sentarse en una piedra. El Maestro le dijo "Anda tú, anda hasta cuando yo vuelva, hasta el fin de los tiempos". Y desde entonces anda por todo el mundo, representando en su imagen la figura andante del pueblo judío.
En Tunja la leyenda del judío errante está en relación con la escultura del judío de la Iglesia de Santo Domingo que sale en las procesiones de Semana Santa; una escultura esculpida con la del Nazareno en los mediados del siglo XVI en Tunja. Creían los novicios del convento que el judío salía en las noches a hurtadillas de su celda y recorría los claustros del convento y robaba alimentos; creían asimismo que la estatua volvía repentinamente la cabeza y clavaba miradas tenebrosas e infernales; asimismo que lo encontraban sentado y llorando escondiendo la frente entre los brazos. Cuenta la leyenda colonial que un viernes santo el Padre Luis recibió la visita de un viajero, quien le preguntó por la estatua del judío de Santo Domingo. El viajero y la estatua vestían de la misma manera y entablaron un diálogo de reconocimiento en el cual el viajero resultó ser Ahseverús el judío errante, quién siguió su camino con paso lento y cansado hasta la consumación de los siglos. (46)
La Leyenda de Doña Inés de Hinojosa (O Manrique), aparece desde 1571 en la presidencia del Nuevo Reino realizada por Andrés Díaz Venero de Leiva. Doña Inés de Hinojosa era una venezolana ardiente y apasionada que está envuelta en el uxoricidio de sus dos esposos. El primero don Pedro de Avila fué asesinado en Carora (Venezuela) en confabulación con su amante Jorge Voto, profesor de música y baile. Los amantes se localizaron definitivamente en Tunja, en donde de nuevo la apasionada Doña Inés se prendó de don Pedro Bravo de Rivera, con quien planeó el asesinato de su segundo esposo.
El asesinato de Jorge Voto fué un escándalo general en el Nuevo Reino, el cual hizo trasladar a Tunja al Presidente Venero de Leiva. Los autores del asesinato surgieron en la investigación: uno intelectual, Doña Inés y tres de hecho, Pedro Bravo de Rivera, Hernán Bravo y Pedro de Hungría. Doña Inés fué ahorcada pendiente de un frondoso arrayán, en la que desde entonces se llamó en Tunja la "Calle del Arbol"; Pedro de Rivera y Hernán Bravo fueron, degollado el primero, y ahorcado en la picota él segundo. Esta narración fue relacionada por el cronista Juan Rodríguez Freyle en su obra "El Carnero", y aparece como leyenda en Tunja en la famosa "Calle del Arbol".

Las Creencias y supersticiones populares

Las creencias populares nos indican las actitudes de compromiso de las gentes ante determinados hechos concretos que se consideran dignos de una aceptación verdadera. Las creencias crean una actitud mental que sirven de base a la acción voluntaria y lleva a los individuos a una actuación enérgica. No importa tanto la imagen externa que se percibe, sino la convicción en la veracidad de determinados hechos concretos, los cuales son alimentados por mediquillos, curanderos, parteras, brujos y gentes en general que colaboran en hacer supervivientes aquellas expresiones del pasado que se presentan como "creencias populares" legadas de los antepasados.
Los Chibchas de Boyacá eran sumamente supersticiosos; en la misma forma que los españoles. El Oidor Juan de Valcárcel en un informe que envió al Rey de España Felipe IV expresó sus conceptos sobre las gentes de la provincia de Tunja:
"Si por la mañana oyen cantar la guacamaya o papagayo,
se pronostican adversidades aquel día. Si arrulla la
tórtola encima de alguna casa, toman indicio de muerte
de alguna de ella. Si de noche ven u oyen alguna zorra,
anuncian mortalidad de muchos. Si canta el pájaro
valdivia donde hay enfermo, los indios tunjanos tienen por
infalible su muerte. Si entra culebra en alguna casa,
da por muerte al dueño de ella".
Comentó asimismo Valcárcel que en Tunja en la Noche de San Juan los campesinos barrían la casa, quemaban la basura y con ceniza ensuciaban al niño más pequeño; al amanecer lo llevan a lavaren la fuente o quebrada más cercana.(48)
Los brujos en Boyacá tenían el nombre de cucacuyes en la colonia. Muchos campesinos boyacenses acudían en sus necesidades de enfermedad, muerte o hambre al jeque o brujo, quien ayunaba rigurosamente, comiendo únicamente un poco de ají y tomando por las narices la hoja o fruto de un árbol que llamaban "yopa", con el cual se desvanecían y respondían como oráculo a lo que se les preguntaba. En Oicatá los indios guardaban ídolos de piedra para sus ceremonias religiosas. En Onzaga cuentan los españoles que los campesinos adoraban un hueso de un mohán, debajo del cual colocaban en Santo Crucifijo. Creían los campesinos que adorando el hueso y el Santo Cristo tendrían salud y buena cosecha.
En el municipio de Chita cuentan que los campesinos, descendientes de los indios laches acostumbraban un juego llamado "moma", en el cual los indios salían desnudos, cubriendo solo el sexo. Antes de ir al juego, los indios ayunaban y hacían sacrificios a sus ídolos incensándolos con una fruta de fuerte olor llamada "moche" y ofrecían plumas de guacamayos y otros pájaros. En el juego los indios peleaban sin armas y con la mano solamente hiriéndose fuertemente procurando rendir uno al otro. Después de este juego ceremonial, consultaban al jeque, quién en premio al vencedor daba la mujer del vencido.
Venero inagotable de supersticiones y creencias nos trajeron los españoles, a pesar de sus quemaderos de la "Santa Inquisición". Ellos trajeron a Boyacá las creencias en las "brujas", profesión muy socorrida y muy frecuente en la colonia; recordamos la célebre bruja Juana García, que parece ser la antoñona de las brujas colombianas; de ella tomaron ejemplo las que surgieron en Tunja, Cartagena, Popayán, Santafé y otras ciudades. Desde un principio las brujas conformaron su profesión de muy variada forma: Unas se dedicaron a los maleficios, como el mal del ojo; otras a los enyerbamientos, y a dar la "dulce toma" y la "tonga", aun superviviente en algunas veredas boyacenses. Otras se dedicaron al negocio del amor, al manipuleo de las cartas y al "quereme" de las bebidas con unturas y soplos. Otras se dedicaron a la venta de oraciones para triunfar sobre el amor y sobre los enemigos; oraciones para encontrar tesoros ocultos; contra maleficios, enyerbamientos o tomas; para quienes salen de viaje; para "maliar" a los cristianos poniendoles coto, carate, alimañas en el estómago de sus víctimas, etc.
Estas creencias y supersticiones que trajeron los españoles se mezclaron con las chibchas y las encontramos entre los actuales campesinos boyacenses. Las enfermedades son atribuídas por lo general a brujerías y maleficios; el enflaquecimiento lo atribuyen los campesinos boyacenses a la bebida que sin duda alguna les dieron, mezclada con tierra del cementerio o pedazos molidos de un difunto disecado o parte de huesos de difunto.
Algunos campesinos creen en el maleficio para las personas rezándole a un muñeco con el nombre de quién deba enfermar. Utilizan el credo al revés y numerosas oraciones que se han transmitido por tradición; toman un puñal y hieren repetidas veces al muñeco, el cual generalmente está hecho con los tallos de plátano. En algunas ocasiones, cuando se conoce la bruja que hizo el maleficio, le pagan fuertes sumas para que deshaga el hechizo. Esto es lo que se llama generalmente "rezar a una persona" y "hacerle malejicio". Algunos creen que con los maleficios se introducen gatos en el estómago, u otros animales como el sapo.
Las curanderas hacen el diagnóstico de las enfermedades y determinan si presentan maleficios. En algunos casos lo fuman con tabaco arrojando el humo sobre la cabeza del paciente y aplican tabaco masticado en diversas partes del cuerpo, acompañando todo esto con sus rezos. Una curandera de Soracá dicen los campesinos, curó una niña ciega echándole en los ojos tabaco masticado, con zumo de yerbabuena y tres pepitas de salvia.
Numerosas creencias encontramos entre los campesinos boyacenses que influyen en muchos aspectos de su vida. La luna tiene para el campesino grandes poderes sobrenaturales, tanto sobre los seres humanos, como animales y plantas; la locura y el reumatismo empeoran en la luna nueva; los bueyes recientemente castrados son colocados bajo techo de noche, pues de lo contrario los rayos de la luna infectarán sus heridas.
Para el campesino boyacense el "canto de la mirla" es presagio de lluvia inminente; mientras que el canto y el vuelo del copetón es signo de que la lluvia va a cesar. Cuando las plantas de papa y arveja tienden a cerrar sus hojas, y a señalar hacia arriba, también se interpreta como señal de que la lluvia viene.
Entre los campesinos boyacenses existe la creencia en las cabañuelas, una costumbre muy europea, según las cuales los doce primeros días de enero son indicaciones sobre el clima en los doce meses venideros. Así, si llueve en el segundo día de enero, se espera que febrero sea un mes de lluvias, y sucesivamente los demás días representan en orden sus respectivos meses.
Las fases de la luna reciben también especial importancia para la siembra de ciertas semillas y para la cosecha de otras. En algunos campos colocan cruces para asegurarse que tendrán buenas cosechas, en especial en mayo en la fiesta de la Santa Cruz.
Entre los campesinos boyacenses existen las "contras" o talismanes para el "mal de ojo". Pueden ser monedas antiguas o perforadas, pulseras de alambre o cobre, corales, azabaches, ópalos, piedras de río, etc.
Los campesinos hablan con frecuencia de los entierros; muchos creen que las almas que escondieron sus joyas y dinero aparecen de vez en cuando como luces verdosas encendidas con esperanza de revelar el lugar del entierro. Se cree que tales espíritus no descansan en paz mientras sus tesoros no sean descubiertos. Creen también que cuando encuentran los entierros, el aire encerrado que se escapa cuando los cofres son desenterrados, mata a los seres humanos; así dicen "lo flechó la plata".
Algunas creencias folclóricas encontramos en la vida familiar de nuestros campesinos. En el embarazo, los antojos de la mujer deber ser complacidos si no se quiere que el niño tenga defectos cuando nazca; las comadronas o parteras son las que ayudan generalmente en el parto.
Las creencias sobre la MEDICINA POPULAR y la herbología son la base fundamental para las curaciones. Los campesinos boyacenses creen con fervor en los yerbateros, curanderos y mediquillos. Un tipo popular es la"medicina mágica" con la cual se busca el origen de la enfermedad y se señalan lugares que transmiten enfermedades; en Boyacá los nacimientos de agua y las lagunas pueden llevar graves enfermedades; otras enfermedades surgen de los hechizos o maleficios; otras como hidropesía, surgen de algunos animales cuyas secreciones constituyen el agua que se extrae del individuo enfermo. El asma se atribuye al pelo de los gatos; la lepra se origina cuando se toma un baño mientras se está sudando; la fiebre es siempre señal de enfermedad caliente. (49)
La medicina popular tradicional presenta una gran difusión en Boyacá; se relaciona con el curanderismo y el yerbaterismo que tienen hondas raigambres indígenas y españolas. Algunas plantas fueron utilizadas por los chibchas para sus enfermedades señalando entre ellas: el yantén para las afecciones del riñón y el mal de ojo; el limoncillo como vomitivo; el guaco para las enfermedades femeninas; la albahaca para matar gusanos producidos por las moscas en cualquier parte del cuerpo; el sen como sudorífico, etc.
Las coplas populares de Boyacá nos indican las costumbres medicinales de los campesinos. Para las enfermedades del hígado las gentes creen en el sen, llantén y la chireta, como así nos lo expresa esta copla boyacense:
"El hígado es una vaina
si te soba, dáles "sen";
y si te sigue sobando,
dále "chireta" y "llantén".
Contra la bronquitis y la tos los boyacenses acostumbran "el malvisco" en bebidas calientes; asimismo es importante la flor de cerezo. Dice la copla:
"Malvisco y flor de cerezo
es lo güeno pa la tos;
al pecho se entra el "malvisco"
y a los pulmones la flor".
Para los enfriamientos los campesinos acostumbran el sudor de "toronjil", así dice la copla:
"Si tás malita y te mojan
estas llovisnas de abril,
que te den entre la cama,
un sudor con toronjil".
Para los dolores de muelas acostumbran la "chicoria", leche, linaza y limón, como dice la copla:
"Cuando te duelan las muelas
y te pongas cachetón,
hacé buches de "chicoria"
leche, linaza y limón".
Para los dolores de estómago acostumbran la raíz de manzanilla y las hojas de yerbabuena; para la fiebre, usan la verbena; para los cálculos en el hígado las almendras de níspero.
Las llagas son cubiertas con pedazos de calabazo o "totuma" que aseguran con fique en la pierna enferma; aconsejan el zumo del zaúco. Para el corazón recomiendan la mata de perejil; para los riñones el agua de la cerraja; para la indigestión el ají chiquito y el tabaco, y así para cada una de las enfermedades.
Estas muchas creencias, supersticiones y formas diversas de la medicina popular encontramos entre los campesinos boyacenses; unas de origen chibcha y otras de origen español, modificadas muchas de ellas de acuerdo con el tiempo y las circunstancias.

Oraliteratura de indígenas en Colombia

Palabras mayores, palabras vivas
Miguel Rocha Vivas
Fundación Gilberto Alzate Avendaño, Bogotá 2010

El autor de este libro exhibe una experiencia poco usual de formación académica: profesional en estudios de literatura en la Universidad Javeriana, maestría en Antropología e Historia de los Andes obtenida en el Centro Bartolomé de las Casas de Cuzco (Perú), becas del Instituto Caro y Cuervo y del Ministerio de Cultura para investigaciones en literatura.  Ha publicado cinco libros, entre ellos una antología multilingüe de literatura indígena mientras continúa con su diálogo intercultural. Miguel Rocha Vives obtuvo en el año 2009 el premio Ciudad de Bogotá con el libro "Palabras mayores, palabras vivas" (Tradiciones mítico- literarias y escritores indígenas en Colombia), que se presentó el año pasado en la Feria del libro ante un público desconocedor del auge que mantienen en años recientes publicaciones de autores indígenas. Este movimiento que tiene sus mejores referencias en México y en los países del cono sur, se hace visible en Colombia a través de autorizadas voces que en la década final del siglo XX han inscrito su nombre en festivales, seminarios, encuentros y concursos literarios. 

Fue necesario que transcurrieran más de cinco centurias para que los escritores indígenas ampliaran su comunicación hacia públicos externos a su entorno geográfico y cultural en lo que hoy se conoce como "oraliteratura". La escritura fonética europea -escribe Rocha Vivas- irrumpió en el continente como un acto de dar fé en el proceso de validar los hechos. En consecuencia, se esgrimió como arma para suplantar la veracidad de la expresión oral en una actitud que ilustra la raíz arbitraria de las sociedades modernas. La desconfianza por aquello que se dice se opuso a la  hiper dependencia de la escritura.

Las voces particulares fueron silenciadas y la escritura fue utilizada como arma de dominio cultural. Aunque el predominio de la escritura ha sido primordialmente violento, los indígenas de generaciones actuales se han sumado a ella para escribirle a su gente y a su mundo, anota el autor del libro. Freddy Chikangana -yanakuna del Cauca- confiesa que comenzó a escribir como respuesta al silencio y al marginamiento.

Su primera etapa poética está marcada por aquello que él llama escribir "en verbo ajeno" (... que algo digan las palomas/ desde sus ensangrentados nidos,/ yo,/ hijo de tierras ancestrales;/ no tengo nada que decir.../).  Los poemas de Hugo Jamioy Jugibioy recurren con frecuencia a la inusitada imagen de escribir con los pies "para que tus pasos nunca sean ciegos". Su palabra  lleva resonancias de la voz de sus mayores y evoca los colores de los chumbes de colores que envuelven la cintura de las mujeres camentsá como fajas o serpientes: Durante años/ he caminado buscándome/ ¿cómo voy a encontrarme/ si los lugares / donde escarbé/ están fuera de mi tierra?...

La denominación de oraliteratura - palabra que se escribe al lado de la oralidad, según Chihuait Elicura- parece afirmarse en la región andina desde Chile hasta Colombia en donde las familias se reúnen  para cocinar y contar historias en torno al fogón. Relatos como esos son los que pueblan los textos de escritores de la casta wayúu cuyas rancherías ahora están siendo rotuladas por nombres bíblicos de cosecha protestante. Los cuentos cerreros de Esthecilia Simanca Pushaina se expresan en elaborados monólogos interiores, para hablarnos de princesas wayúu sin castillos, de ritos y encierros de pubertad, de arañas que se convierten en doncellas en una dimensión crítica de los sueños ancestrales de su raza. En sus cuentos las sutilezas de choques con alijunas es evidente. En "Daño emergente, lucro cesante", el dueño del burro atropellado por el tren de El Cerrejón proclama sus derechos. El tono es irónico en medio de la atmósfera de muerte. Simanca amplía la  visión  de Antonio Joaquín López que muestra la transición de la identidad múltiple wayúu en la novela "Los dolores de una raza (Maracaibo, 1956). Herencia que se conjuga en el libro "Encuentros en los senderos de Abya Yala" de Miguel Ángel López  (también conocido como Vito Apushana o Malohe) premiado en el 2000 en el Concurso Casa de las Américas de Cuba y que refiere con empeño poético sus encuentros con escritores indígenas de América. En su libro anterior -"Contrabandeo sueños con alijunas", 1992- López revela los elementos misteriosos de su tierra: "  la tierra sueña/ con la humedad de tus pasos.../
 En la tercera sección de su libro, Rocha obliga al lector a mirar en retrospectiva. Allí menciona las novelas de Eduardo Zalamea Borda ("Cuatro años a borde de mí mismo", 1934,) cuyo escenario  es la región semi desértica que Lucy Tejada muestra en sus luminosas pinturas de la década de 1950 ), el relato, "Un asilo en la Goajira", 1879 de Priscila Herrera cuñada de Rafael Núñez, el compilado de etnoliteratura de Alberto Juajibioy ("Relatos ancestrales  del folclor camentsá") publicado en 1989 y también las críticas de Jorge Isaacs a la actitud de la Iglesia en su "Estudio de las tribus indígenas del Estado del Magdalena antes provincia de Santa Marta " publicado en 1884.

A todos estos nuevos perfiles literarios se unen cada vez más, otros nombres sonoros:  Vicenta María Siosi, Ramón Páez Ipuana, Miguel Ángel Jusayú, Alberto Juajibioy Chindoy, Benjamín Jacanamijoy Berichá. Jose Martí en un ensayo publicado en Nueva York se refiere al potencial creativo de la naturaleza americana cuando habla del "espectáculo sublime" del día en que se sienta con fuerzas y despierte.
Las actuales oraliteraturas indígenas americanas no se escriben para ampliar la imagen etnográfica del mundo -afirma Rocha Vivas-. Todas ellas provienen de palabras mayores que tienen en sus raíces orígenes colectivos particulares de donde surgen las potencialidades interculturales de su comunicación política e ideológica. De esta manera, la acción de renombrarse y reconocerse es, en forma literal, un proceso de descolonización. Y, al mismo tiempo, promueven el significado de la oralidad literaria en el plano del diálogo entre culturas.
En su libro "Danzantes del viento", 2005, Hugo Jamioy descubre la fuerza de las palabras mayores como ejes de creación pues "luego, bonito debes hablar,/ ahora mismo, / bonito debes empezar a hacer", siguiendo tal vez aquello que demandaba W.B. Yeats a los poetas de Irlanda: "manos al oficio,/ cantar lo bello bien construído/ y despreciar aquello que hoy/ producen sin ton ni son".

Oralitura y tradición oral colombianos

Escritos, Canciones, Mitos, leyendas, Etc de la oralitura colombiana

Bermúdez, Egberto. Shivaldamán: música de la Sierra Nevada de Santa
Marta. Bogotá: Fundación de Música, 2006. [CD]
Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; oralitura
indígena; narración oral; canto.
Incluye un extenso cuadernillo donde se hace una introducción general
acerca de la sierra nevada de Santa Marta y de la música de las culturas
indígenas que la habitan; asimismo, se presenta cada pista del disco a
través de la identificación de la etnia indígena donde se desarrolla y
los instrumentos que se utilizan. La publicación hace parte de la colección
Música Americana de la Fundación de Música, cuyo objetivo
consiste en “producir una serie de documentos editoriales, discográficos
y audiovisuales que se conviertan en un cuerpo científicamente
organizado de información y divulgación para el medio académico y
el público en general”. Es el tercer volumen de la colección Oyendo el
Caribe, cuya investigación subyacente pretende presentar documentos
sonoros acerca de las diversas tradiciones musicales de la región del
Caribe colombiano, incorporando las producciones de comunidades
indígenas y afrodescendientes. En este trabajo se incluyen las creaciones
musicales de las comunidades kogi, wiwa, atanquez e ika, y de
música campesina, es decir, aquella producida por mestizos, zambos y
mulatos. Los cantos y narraciones orales no cuentan con traducción al
español. Se incorporan once manifestaciones: “Historia de Seukukúi”
(kogi, narración y canto), “Caja, canto y baile” (kogi), “Canto y baile
de mujeres” (kogi), “Historia de Seránkua” (wiwa, narración y canto),
“Carrizos, maraca y cantos” (wiwa), “Chicote, carrizos, baile y canto”
(wiwa), “Chicote, acordeón, canto y maraca” (ika), “Chicote, acordeón,
canto, maraca, palmas y baile” (ika), “Narraciones y cantos míticos”
(ika). Tiene buena calidad en el sonido.
Bermúdez, Pedro (prod.). Contrapunteos. Folclor llanero. Bogotá: Disco
llano. Joyas Folclóricas, ¿2000? [CD]
Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; tradición
oral de ascendencia hispánica; contrapunteo llanero.
Trabajo de recopilación de los mejores contrapunteos del llano. El
contrapunteo se expone como “la modalidad a la que acude con mayor
frecuencia el cantor llanero cuando quiere dirimir un asunto en forma
artística”. Se esclarece que el hombre llanero se reconoce por su tendencia
a la controversia, de ahí que el contrapunteo se configure como una de las formas que utilizan para discutir y resolver una cuestión. Contiene
doce contrapunteos con una buena calidad de sonido, que se mencionan
a continuación junto con los copleros: “Contrapunteo” (Manuel Durán
Santos), “Así cantan dos copleros” (Aries Vigoth, Gustavo Vásquez),
“Campesino Buenos días” (Reinaldo Armas, Rafael Martínez), “Dos
gallos a espuela limpia” (Aries Vigoth, Alfonso Niño), “Dos paisanos
verso a verso” (Gustavo Vásquez, Jesús Catire), “Torneo del Joropo N.o 1”
(Manuel Durán, Aries Vigoth), “Atarraya” (Aries Vigoth, Merardo Tovar),
“El negro y el blanco” (Aldrumas Monroy, Manuel Durán), “Dos
vaquianos del camino” (Rafael Martínez, Reinaldo Armas), “Torneo del
Joropo N.o 2” (Aries Vigoth, Manuel Durán), “Dos arpas dos cantores”
(Rafael Martínez, Aldrumas Monroy), “Dos gallos contra mi pollo”
(Pedro López, Yiber Prieto, Mario López).
Brackman, Rodolfo. Ben Green & Banana. San Andrés Isla: Red rock,
2003. [CD]
Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; oralitura
afrocolombiana; calypso.
Tiene un cuadernillo que brinda información acerca del intérprete y del
grupo. El objetivo de esta publicación se estima como la preservación,
conservación y desarrollo de la herencia musical del pueblo raizal. El
disco fue grabado en estudio. Incluye cuatro archivos sonoros de la
tradición oral afrodescendiente: “Saturday night”, “Two coco”, “Columbus”,
“Hill top”. El idioma de los cantos es el creole de las islas de
San Andrés y Providencia.
Camargo, Martina. Aires de San Martín: música de las riberas del río.
Valledupar: Millenium, 2005. [CD]
Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; oralitura
afrocolombiana; ronda; tambora.
El cuadernillo ofrece una introducción a la música del Caribe colombiano
y expone la vida y profesión de la cantaora Martina Camargo; además,
inserta las letras de las canciones acompañadas de la información
del género. Martina se reconoce como una de las cantaoras de tambora
más significativas; su canto hace parte de una tradición cultural y familiar.
El trabajo discográfico contiene siete cantos de la tradición oral,
algunos con adaptaciones de la intérprete. Se incluyen los siguientes:
“Pan de Caracas/Abuelita”, “Mi mamá me va a comprar”, “La Cuba e’”,
“Sombrerito”, “Corocito”, y “La pava echá”. Su calidad de sonido es
óptima; el trabajo fue grabado en estudio. Campaña Muriel, Hugo; Moreno, Dayra. Junto al fuego: nuestros mitos
y leyendas. San Juan de Pasto: Audio Studio, 2002. [CD]
Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; tradición
oral de ascendencia hispánica; mito; leyenda.
Esta publicación tiene como objetivo el rescate de mitos y leyendas
de la tradición oral de Nariño, ya que los autores han percibido que la
costumbre de narrar historias se está perdiendo. Las narraciones están
basadas en relatos de informantes; más que contadas, son interpretadas,
actuadas. Se insertan sonidos para recrear el ambiente en que se desarrollan
las historias. Se señalan los siguientes informantes: Crisóstomo
Criollo, Claudio Mueses, Julio César Montaño, Javier Ocampo López,
Josefina Solarte, María Raquel Bucheli, Maritza Benavides, Claudia
Chaves, Carmen Jojoa, Alexandra Larraniaga, Néstor Gelpud, Oswaldo
Granda Paz y Luis Insuásty. Se incluyen diez mitos y leyendas con
buena calidad de sonido: “El diablo obrero”, “Los amancebados en su
ciudad perdida La Cocha”, “La tunda”, “El guaguarayo”, “El guando”,
“La moledora”, “La maldición de la venada”, “El cueche blanco”,
“Gualcalá” y “El diablo de las mil formas”.
Centro de Estudios e Investigación del Folklore. Estudios e investigación
del folklore. 18 de septiembre de 1979. Sala de conciertos. Bogotá:
Biblioteca Luis Ángel Arango, 1979. [CD]
Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; tradición
oral de ascendencia hispánica; oralitura indígena; poema; copla;
rajaleña; romance.
El trabajo discográfico no ofrece mucha información. Se trata de una
grabación realizada en la sala de conciertos de la Biblioteca Luis Ángel
Arango, dirigida por Paco Barrero. Incluye música instrumental, un poema
indígena de los huitotos y coplas; en total, cuatro textos de tradición
oral: “Poema de la creación de los indígenas huitotos”, “El rajaleña.
Coplas populares del Huila”, “Romance de los Comuneros. Coplas de
la época” y “Cantos de guabineras santandereanas”. Su calidad sonora
no es del todo óptima.
Colombia en concierto, vol. 2, cd 1 y 2. Colombia: Fundación BAT, 2004.
[CD]
Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; oralitura
afrocolombiana; tradición oral de ascendencia hispánica; corrido;
canción de cuna; chandé; tambora. Trabajo de recopilación de canciones de la tradición oral y otras populares,
compilado gracias al programa Apoyo a las Fiestas Populares de Colombia,
que ofrece un recorrido por diferentes festivales y carnavales del país.
Comprende dos cedés, en los cuales se incluyen cuatro pistas de la tradición
oral: “Canción de cuna del folclor del pacífico”, “Corrido de la tradición
casañera”, “Pozo brillante” y “Pasó Bandera”. Su calidad de
sonido es óptima; las grabaciones fueron hechas en vivo.
Corporación Cultural Canchimalos. Puro juego: Canchimalos. Colombia:
Corporación Cultural Canchimalos, 1996. [CD]
Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; oralitura
afrocolombiana; tradición oral de ascendencia hispánica; trabalenguas;
adivinanza; ronda infantil; retahíla; canto.
El grupo Canchimalos presenta este trabajo como una propuesta lúdica
para los niños a través de la recopilación de diversas canciones de la
tradición oral y de compositores nacionales. El cuadernillo presenta
la información del grupo y las letras de las canciones; se señalan en
cada una el ritmo, la región, el colector o compositor y el arreglista.
Se incluyen 41 manifestaciones orales, entre otras, las siguientes: “El
jaleo del tren”, “El bambaleo”, “Los monos y el araguato”, “La conga-
El herrero”, “Los cinco negritos”, “El pollito”, “La pobre coja-Siruflín
siruflán”, “Las lavanderas”, “Cuando Rosita”, “Los sapos”, “La madre
Florinda”, “La tortuguita”, “La vaca”, “Milikitúngala”, “La Margarita”,
“Uno, dos y tres” y “Pablito”. Tiene buena calidad de sonido.
Corporación Identidad Cultural. Corpidencu. El alabao. Cantos de
velorios, vol. 01. Bogotá: Corpidencu, 2004. [CD]
Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; oralitura
afrocolombiana; alabao.
No hay información de pistas en la tapa y carece de cuadernillo. Contiene
17 archivos de audio. El primero tiene una introducción donde se presentan
los alabaos y romances como música afrocolombiana y se brinda una
definición del alabao. En cada pista se introduce el nombre del alabao y el
intérprete. Tiene una calidad de sonido media; no es grabado en estudio,
pero es comprensible; algunas pistas se escuchan con más calidad
que otras.
Corporación Identidad Cultural. Corpidencu. Romances. Cantos de
Gualí. Bogotá: Corpidencu, 2004. [CD] 

Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; oralitura
indígena; poesía; canto.
La publicación se produce como resultado del Proyecto de Apoyo a la
educación Artística dedicado a los pueblos indígenas de Colombia y
busca “destacar el derecho a la integridad étnica y a la supervivencia
cultural de los indígenas de nuestro país”. La producción musical la
llevó a cabo el Grupo Totolincho. El cuadernillo ofrece información
acerca de la publicación, las pistas y las culturas indígenas que incorpora.
Presenta un taller denominado “Melodía en Yapututú” para utilizarlo en
el aula; este se encuentra conformado por cinco sesiones, que se describen
allí, junto con los objetivos y las recomendaciones. El propósito
general del taller consiste en el descubrimiento de los valores estéticos,
artísticos y culturales de los indígenas cubeos; se recomienda proponer
diálogos que enfaticen el contraste entre el sentido y los significados de
esta música con aquellos provenientes de la ciudad. Se sugiere, igualmente,
articular los saberes de las distintas áreas del conocimiento con
la experiencia estética y creativa del taller. El cedé incluye nueve cantos
y poesías indígenas: “Poesía kogui”, “Poesía tule-kalis igala”, “Poesía
guahibo”, “Canto y danza guahiba”, “Canción de los dos soles”, “Canto
para pedir el rayo (cubeo)”, “Melodía en pedú” (carijona), “Poesía
kofan”, “Poesía paez”. Estas manifestaciones se presentan algunas en
español y otras, en lenguas indígenas; están ambientados con música y
sonidos y su calidad sonora es óptima.
Instituto Popular de Cultura (IPC) IPC 25 años: música folklórica de
Colombia, 1948-1973. Cali: Departamento de Investigaciones del
Folklore, 2000. [CD]
Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; oralitura
indígena; oralitura afrocolombiana; tradición oral de ascendencia
hispánica; alabao; canto; coplas.
No posee cuadernillo ni información acerca de las pistas, la grabación
o los intérpretes. El sonido es monofónico y distorsionado; su calidad
es muy baja; a veces no se alcanza a distinguir lo que se canta. A pesar
de esto, es relevante valorar la labor de rescate de diversas formas de la
tradición oral del país. Contiene distintos cantos afrocolombianos, dos
cantos indígenas y coplas de la tradición oral de ascendencia hispánica;
en total incluye diez pistas.
Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; tradición
oral de ascendencia hispánica; narración oral; cuento.
Constituye un programa en el que personas adultas cuentan historias,
leyendas y recuerdos de la niñez; el referente es la tradición campesina
de narrar historias. Los cuentos son recreados con música; la narración
no parece desarrollarse espontáneamente, sino que da cuenta, en
cambio, de una preparación previa. Antes de cada cuento se presenta
el nombre y la región de los narradores. Se incluyen ocho pistas con
buena calidad de sonido.
González Otálora, Guillermo. Mitos del Huila. Neiva: Digital Audio
Mix, 2003. [CD]
Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; tradición
oral de ascendencia hispánica; mito.
Trabajo de recopilación de mitos de la tradición oral del departamento
del Huila. Contiene una breve reseña del compilador. Los mitos son
narrados por Oneyda Antúry, Leo Cabrera y Alfredo Andrade Sánchez;
se insertan algunos sonidos y música ambiental. Incluye 17 mitos con
buena calidad de sonido: “El mohán”, “Las brujas”, “La muelona”,
“Madremonte”, “El tunjo de oro”, “La mula del diablo”, “La patasola”,
“El pollo malo”, “La mama de agua”, “Los duendes”, “El poira”, “La
madre de agua”, “La llorona”, “El maldingas”, “El hojarasquín del
monte”, “La candileja”, y “El sombrerón”.
Grupo Bahía. Con el corazón cerca a las raíces. Colombia: Fondo Mixto
para la Promoción de la Cultura y las Artes del Valle del Cauca. Corpes
de Occidente. Adelante Valle del Cauca, ¿1998? [CD]
Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; oralitura
afrocolombiana; porro; bunde; juga.
El cuadernillo contiene información sobre el grupo, las letras de las
canciones y una introducción que da cuenta de una labor de fusión de
los ritmos afrocolombianos del pacífico con otras culturas, técnicas,
ritmos e instrumentos, por lo cual el grupo Bahía se define como un
“rescate afortunado de raíces sabias amalgamadas en armonías modernas”.
Se inserta, también, un texto breve acerca de la marimba de chonta.
El trabajo discográfico incluye tres cantos de la tradición oral con
buena calidad de sonido: “Makerule”, “San Antonio” y “Caderona”.
Grupo Totolincho. Los pueblos originarios de América cantan y bailan:
interpretación de poemas de la creación y de músicas de pueblos indígenas

de Colombia. Bogotá: Totolincho, 2008. [CD]
Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; oralitura
indígena; poesía; canto.
La publicación se produce como resultado del Proyecto de Apoyo a la
educación Artística dedicado a los pueblos indígenas de Colombia y
busca “destacar el derecho a la integridad étnica y a la supervivencia
cultural de los indígenas de nuestro país”. La producción musical la
llevó a cabo el Grupo Totolincho. El cuadernillo ofrece información
acerca de la publicación, las pistas y las culturas indígenas que incorpora.
Presenta un taller denominado “Melodía en Yapututú” para utilizarlo en
el aula; este se encuentra conformado por cinco sesiones, que se describen
allí, junto con los objetivos y las recomendaciones. El propósito
general del taller consiste en el descubrimiento de los valores estéticos,
artísticos y culturales de los indígenas cubeos; se recomienda proponer
diálogos que enfaticen el contraste entre el sentido y los significados de
esta música con aquellos provenientes de la ciudad. Se sugiere, igualmente,
articular los saberes de las distintas áreas del conocimiento con
la experiencia estética y creativa del taller. El cedé incluye nueve cantos
y poesías indígenas: “Poesía kogui”, “Poesía tule-kalis igala”, “Poesía
guahibo”, “Canto y danza guahiba”, “Canción de los dos soles”, “Canto
para pedir el rayo (cubeo)”, “Melodía en pedú” (carijona), “Poesía
kofan”, “Poesía paez”. Estas manifestaciones se presentan algunas en
español y otras, en lenguas indígenas; están ambientados con música y
sonidos y su calidad sonora es óptima.
Instituto Popular de Cultura (IPC) IPC 25 años: música folklórica de
Colombia, 1948-1973. Cali: Departamento de Investigaciones del
Folklore, 2000. [CD]
Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; oralitura
indígena; oralitura afrocolombiana; tradición oral de ascendencia
hispánica; alabao; canto; coplas.
No posee cuadernillo ni información acerca de las pistas, la grabación
o los intérpretes. El sonido es monofónico y distorsionado; su calidad
es muy baja; a veces no se alcanza a distinguir lo que se canta. A pesar
de esto, es relevante valorar la labor de rescate de diversas formas de la
tradición oral del país. Contiene distintos cantos afrocolombianos, dos
cantos indígenas y coplas de la tradición oral de ascendencia hispánica;

en total incluye diez pistas.
Life Saver’s Group. Island in the Sun. San Andrés: Jhony Kay Record
Studio, 2002. [CD]
Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; oralitura
afrocolombiana; calypso; mento.
Incluye un cuadernillo que presenta la información sobre la producción
y la agrupación, cuyo objetivo es rescatar y mantener la cultura del
archipiélago a través de la música autóctona y los ritmos que llegaron
por medio de los colonizadores. Contiene diez temas que introducen
como elemento nuevo la percusión y cuya calidad de sonido es óptima.
Los cantos, que se conservan en lengua criolla sanandresana, son los
siguientes: “Bright Sunday Morning”, “The Monkey”, “Ram Tam”,
“Island in the sun”, “Bom bom bom”, “Lot wife”, “La olla”, “Hen it
up there”, “Dip them Jaja”, “Woman a go rule the island”.
La fiesta de la piel oscura: puro trópico. Medellín: Iguana records, 2000.
[CD]
Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; oralitura
afrocolombiana; abozao; guacherna; calypso.
En el cuadernillo se especifica que constituye una recopilación de música
popular y tradicional de las regiones que tienen en común la herencia
africana. Se presentan canciones de la costa Caribe, del Pacífico y de
la cultura raizal de las islas de San Andrés y Providencia. El sonido es
de buena calidad; incluye cinco cantos de la oralitura afrodescendiente
(algunos en español y otros en criollo sanandresano): “Pacundina”, “Ole
Juanita”, “Dorothy”, “Yellow bird” y “What a hard time”.
Lemoine, Lizette (inv.). Colombie: le vallenato. Francia: Cocora Radio
France, 1996. [CD]
Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; tradición
oral de ascendencia hispánica; piquería.
Es producto de la investigación de Lizette Lemoine acerca del vallenato,
durante la cual se grabaron las canciones. El cuadernillo está escrito en
tres idiomas: francés, inglés y español, e incluye una introducción al
vallenato, su origen, los cantores y los ritmos. Se expone información
acerca de los músicos y las canciones incluidas. La calidad no es del
todo óptima: algunas veces no se logra comprender el canto. Se insertan
siete piquerías y se señalan sus respectivos copleros: “Improvisación”
(Antonio Toño Salas), “Improvisación” (Iván Zuleta), “El tigre de la

montaña” (Francisco Pacho Rada Bautista), “La carta escrita” (Lorenzo Morales), “El gallo viejo” (Emiliano Zuleta), “El amor-amor” (anónimo),
“Cantos de vaquería” (anónimo).
López Palacio, Jorge; González Giraldo, Francisco. Romances y canciones
= romances et chansons. Francia: Ethnic Saga, 1995. [CD]
Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; oralitura
afrocolombiana; tradición oral de ascendencia hispánica; romance.
Es el resultado de una investigación sobre el romance hispanoamericano;
presenta cantos de Colombia, México, Chile y España. El cuadernillo
ofrece información relevante acerca del romance, los investigadores y
las pistas incluidas, sobre las cuales se insertan las letras y se señalan
el género, la zona, los músicos e intérpretes. Incorpora cuatro romances
de la tradición oral: “Una niña en palacio”, “Romance del corderillo”,
“Hilito, hilito de oro”, “Venite a vivir conmigo”. Tiene buena calidad
de sonido.
Ministerio de Relaciones Exteriores. Radiodifusora Nacional de Colombia.
El litoral Pacífico. Bogotá: Radiodifusora Nacional de Colombia,
1999. [CD]
Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; oralitura
afrocolombiana; cantos.
Hace parte de la colección Raíces de la Música Colombiana, proyecto
realizado por la investigadora Gloria Triana como espacio para difundir
el folclor musical. Cuenta con el apoyo bibliográfico de Guillermo
Abadía Morales. El cuadernillo es corto y presenta la información de
las pistas. Contiene trece cantos de la tradición oral con una calidad
de sonido media, ya que presenta algunos problemas de nitidez.
Museo de Artes y Tradiciones Populares (Bogotá). Rondas, cantos y
juegos tradicionales de los niños de la Costa Atlántica. Bogotá: Ministerio
de Educación Nacional, Instituto Colombiano de Bienestar
Familiar, Programa de Educación Familiar para el Desarrollo Infantil,
1990. [Casete]
Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; oralitura
afrocolombiana; tradición oral de ascendencia hispánica; canto, ronda
infantil; palmoteo; canción de cuna; adivinanza; cuento.
Constituye un programa dedicado a los niños de la Costa Atlántica;
presenta las tradiciones de cantos y juegos infantiles de Córdoba, Sucre,
Bolívar, Atlántico, Magdalena, César y Guajira. Incluye 26 pistas de la
tradición oral: “Seco, seco”, “El patio de mi casa”, “La feria del maestro Andrés”, “Emiliano”, “La víbora de la mar”, “El pájaro pinto”, “El
pollito”, “En la puerta de Angola”, “Arroz con leche”, “La marisola”,
“La jovita colorá”, “Una gallina ética pelética”, “Allá en farin fan fon”,
“Era una paloma”, “En la ciudad de Caracas”, “El pote de galletas”,
“Catalina tiene un gallo”, “Los bollos de mi cazuela”, “Naran dulce”,
“La pobre coja”, “Duérmete niño”, “Señora Santana”, “San Antonio”,
“Duérmete sonriendo”, “Zorra pelá”, “El freno de aire, El reservista y
El burro y el marreno”. Las pistas tienen alta calidad de sonido y no
suelen tener acompañamiento musical, es decir, que son cantadas a
capela.
Nuevo Amanecer del Pacífico. Nuevo amanecer. Bahía Málaga: Nuevo
amanecer del Pacífico, ¿1999? [CD]
Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; oralitura
afrocolombiana; canto.
El grupo Nuevo Amanecer es ganador del X Festival de Música del
Pacífico Petronio Álvarez (2006) como mejor conjunto de marimba e
intérprete vocal; ha participado en varios eventos y festivales. El disco
incluye un cuadernillo donde se informa acerca de los integrantes del
grupo y su formación. Presentan tres cantos de la tradición oral afrodescendiente
con óptima calidad de sonido.
Por si las moscas la rana: una mochila de cuentos a la colombiana.
Colombia: Ministerio de Comunicaciones, 2000, dos cedés.
Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; oralitura
indígena; oralitura afrocolombiana; tradición oral de ascendencia
hispánica; mito; leyenda.
Este trabajo surge a raíz de los resultados de la iniciativa Viviendo
Historias, Cuentos para Gozar y pensar, que hace parte del Proyecto
de Comunicación para la Infancia, cuyo objetivo es la sensibilización
acerca de los derechos de la infancia. Constituye una serie radial infantil
conformada por 15 mitos y leyendas de diversas culturas colombianas
que han sido escasamente difundidas. Tratan temas cosmogónicos y
cotidianos; los relatos no son narrados, sino dramatizados, y duran
aproximadamente ocho minutos cada uno. El cuadernillo contiene
una extensa información sobre el proyecto y ofrece las reseñas de las
historias. Se señalan la fuente, la cultura, la zona, el realizador del libreto
y la duración, y se insertan ilustraciones para recrear los relatos.
Asimismo, se incluyen recomendaciones para usar la publicación en
el aula, en una emisora radial y en el trabajo con los niños. Los mitos y las leyendas incluidos son los siguientes: “Un familiar ganado”, “La
hermana Luna”, “La dueña de los zancudos”, “El abrazo de los vientos”,
“Los delfines rosados”, “La vendedora de arco iris”, “El sapo que robó
el fuego”, “La piedra de la felicidad”, “Qué tontería”, “Lárguelo”, “Los
poderes mágicos de Chapapote”, “Los espantos espantados”, “El día
que nació la noche”, “Ciertas yerbas”, y “La leyenda de Francisco el
Hombre”. La calidad de sonido es óptima.
Posada, Pilar. Cantos del Pacífico ¿Bogotá?, ¿2000? [CD]
Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; oralitura
afrocolombiana; canto de boga; arrullo; sainete; juga; currulao; canto.
Es el resultado del trabajo de investigación musical de Pilar Posada y
Claudia Gaviria y de su preocupación por la divulgación del folclor del
Pacífico colombiano. Se define como “el acercamiento respetuoso y
serio a un rico tesoro tradicional, vertido en arreglos y matices propios
que lo distinguen, sin contraponerlo, de la estricta recopilación folclórica”.
Constituye, entonces, una reelaboración musical de los cantos
de la tradición oral afrodescendiente. En el cuadernillo se detallan las
pistas y se ofrece una breve reseña de cada una. La calidad de sonido
es óptima y demuestra que fue grabado en estudio. Incluye doce pistas:
“O hilando”, “El pájaro mochilero”, “El corderillo”, “Mama U”, “Arrullos”,
“Los tres misterios”, “Sola camisola”, “El robo de la gallina”,
“Cocorobé”, “La iglesia-La mecha”, “Subánlo p’arriba”, “La caramba”.
Roots radical, Tini Martínez, Trujillo Hawkins & Polvorete. Island
groove: caribbean roots, vol. 1. Isla de Providencia (Colombia): Reef
Records, 2009. [CD]
Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; oralitura
afrocolombiana; calypso; mento.
El cuadernillo ofrece información acerca de los géneros y los cantantes.
Se menciona que el calypso y el mento son músicas de origen tradicional
y de ambiente rural, en las cuales predomina la diversión, pues
se consideran músicas festivas, aunque también cumplen una función
social consistente en el registro y narración de hechos locales. Las
letras hablan sobre la cotidianidad isleña, noticias, acontecimientos
recientes, anécdotas de animales, y algunas aluden a temas sexuales.
Los cantantes tradicionales de calypso son reconocidos como calypsonians,
y se caracterizan por sus dotes para la improvisación, el estilo
personal, la dicción, la gracia, el doble sentido y la imaginación. La producción contiene cuatro cantos pertenecientes a la tradición oral
afrocolombiana: “Launch turn over”, “In a me prime”, “Sailor man
song”, “Melba Nancy”. Tienen buena calidad de sonido y son cantadas
en criollo sanandresano.
Secretaría de Cultura de Córdoba. Juglares de la tradición oral: grito
de monte, canto de vaquería y décimas de tronco y rama. Colombia:
Ministerio de cultura, Gobernación de Cordoba, 2001. [CD]
Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; tradición
oral de ascendencia hispánica; grito de monte; canto de vaquería.
La publicación se enuncia como un “cálido reconocimiento y una justa
exaltación de la Gobernación de Córdoba y de la Secretaría Departamental
de Cultura a la rica y variada tradición oral del Sinú, y a algunos de
sus más destacados cultores”. Incluye seis expresiones de la tradición
oral: gritos de monte y cantos de vaquería, interpretadas por María de
los Santos Solipá, Cristóbal Petro, Marceliano Mejía, Jerónimo Pérez,
Juan Doria Durango, Rafael Pérez, José Antonio Petro, Norberto Pérez
y Efraín Francisco Cantero. Su calidad de sonido es óptima; fue grabado
en estudio.
Sexteto Son. Folclor del Río. Barranquilla: Corporación Son de Negro,
¿2007? [CD]
Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; oralitura
afrocolombiana; bullerengue; son.
El grupo Sexteto Son surge como una propuesta investigativa y de
proyección musical del sexteto folclórico tradicional. La producción
incluye un cuadernillo que ofrece información sobre el grupo, la actividad
sextera, los instrumentos y los temas incluidos. La instrumentación
se lleva a cabo con timba, bongos, guacharaca, maracas, marímbula y
claves. Se insertan tres cantos de la tradición oral: “La vi sola”, “Buen
caballero” y “El burro pichón”. Su calidad de sonido es óptima.
Varios. Música y folclor del Pacífico colombiano. Medellín: Discos
Fuentes, 1992. [CD]
Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; oralitura
afrocolombiana; arrullo; juga; currulao.
Constituye una compilación de canciones tradicionales y populares del
Pacífico colombiano. Se incluyen tres cantos de la oralitura afrodescendiente,
identificados como folclor del Pacífico y folclor de la Costa: “Mi pluma”, “Caderona” y “Palito cae”. Son interpretados por Peregoyo
y su Combo Vacana y María del Carmen. Las pistas tienen una buena
calidad de sonido.
Velasco Díaz, Carlos Alberto. Bundes y cantos tradicionales afrocolombianos
del norte del Cauca y sur del Valle: homenaje a Ana Tulia
Olaya, Manato. Villarica (Cauca): Fondo Mixto de Cultura del Cauca,
2005. [CD]
Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; oralitura
afrocolombiana; bunde; juga.
Tiene un cuadernillo donde se presenta la región cultural y folclórica
del norte del Cauca y el sur del Valle y se detallan los géneros bunde y
juga. También se presenta una reseña del investigador y se expone la
información de cantores y cantoras. El trabajo discográfico surge como
parte del proyecto de visibilización de la región y de la investigación de
Carlos Alberto Velasco, en cuyo marco se ha publicado el libro Jugas
y bundes nortecaucanos. Posee una alta calidad sonora, con claridad y
nitidez. Incluye trece cantos: “El platanito biche”, “El ritual del bunde”,
“El toro pinto”, “El para siempre”, “Buena hora”, “Trapiche de los
demonios”, “La viborona”, “El torbellino vallecaucano”, “Silencio”,
“Ya nació el mesías”, “La guacharaca”, “El soldado”, “Noche buena y
tierno mi niño”.
Velasco Díaz, Carlos Alberto. Jamundí positivo: cumple 470 años de
esplendor cultural. Jamundí: AcuaValle, ¿2007? [CD]
Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; oralitura
afrocolombiana; juga.
Es resultado de la investigación y recopilación de la música de comunidades
afrocolombianas, desarrollada por el especialista Carlos Alberto
Velasco Díaz. Su investigación se vincula con el proyecto político municipal
Sí Futuro: Jamundí Vive en ti, razón por la cual el cuadernillo
incluye el himno, el escudo y la bandera de este municipio del Valle
del Cauca. Incluye el Himno nacional de Colombia, los himnos del
Valle del Cauca y de Jamundí, aparte de una presentación y un canto
dedicado al municipio; además, contiene 11 jugas, identificadas como
de adoración y de diversión: “El trapiche”, “O sana”, “Vení pastorcitos”,
“A los ángeles del cielo”, “Ay mi niñito llorando”, “Al llegar a
la mesa”, “Adoración al Niño Dios”, “Las indias viejas”, “Santísimo
sacramento”, “Ya nació el Mesías”, “La guacharaca”. Son interpretadas por el Grupo de Jugueritos de Quinamayo, el Coro de Adultos de la
Casa de la Cultura de Jamundí, la Banda Adelmo Rusca, la cantaora
Tonila Viáfara y Nidia Sofía Góngora.
Velasco Díaz, Carlos Alberto. Jugas, loas y romances del norte del Cauca
y sur del Valle. Jamundí: Estudios AMV, 2004. [CD]
Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; oralitura
afrocolombiana; juga.
Este trabajo es también resultado de la investigación del especialista
Carlos Velasco acerca de la música y la tradición oral afrodescendiente.
En el cuadernillo, Velasco reafirma la zona del norte del Cauca y el sur
del Valle como región cultural y folclórica, ya que sus municipios son
portadores ancestrales de muchas tradiciones. El objetivo de su proyecto
consiste en estimular la interpretación, difusión y proyección de la
música de esta región, así como procura contribuir con la preservación de
sus aspectos fundamentales e incentivar el estudio y la interpretación
de sus manifestaciones artísticas. Velasco reconoce dos maneras en que
la actividad artística se desarrolla: una religiosa y otra profana. Dentro
de la primera, identifica las jugas, bundes y salves, mientras que señala
como profanos el torbellino, el bambuco y el pasillo. En el trabajo discográfico
introduce once jugas con buena calidad de sonido, interpretadas
por la Banda Adelmo Rusca y cantadas por Tonila Viáfara, Nidia Sofía
Góngora Bonilla y María Edis Dinas. Se incluyen los siguientes cantos:
“Adoración al Niño Dios”, “A ro ro mi niño”, “Sigamos juntos para
Belén”, “Ya nació el mesías”, “Mésalo pa allá, mésalo pa acá”, “Noche
buena y tierno, tierno mi niño”, “El Padre Nuestro, ro ro ro”, “Tierno
tierno tierno mi niño”, “Vamos a adorar”, “Amanece y amanece” y “El
soldado”.
Velosa Ruiz, Jorge. Velosa y los Carrangueros. Lero, lero, candelero:
Velosa y los Carrangueros. Bogotá: MTM, 2003. [CD]
Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; tradición
oral de ascendencia hispánica; adivinanza; copla.
El trabajo obedece al deseo del grupo Velosa y los Carrangueros de
grabar y publicar un disco con aquellas canciones infantiles que a lo
largo de su carrera habían compuesto y cantado. Contiene un cuadernillo
con una introducción escrita por Jorge Velosa y las letras de las
canciones con información acerca del género, el recopilador y la musicalización.
Incluye canciones de coplas del folclor y otras compuestas a partir de estas. Se reconocen cinco de la tradición oral: “La rumba de
los animales”, “Las diez pulguitas”, “El moño de las vocales”, “Lero
lero candelero” y Las adivinanzas del Jajay”. Su calidad de sonido es
óptima.
Zapata Olivella, Delia. Danzas de la zona del Pacífico de Colombia.
Colombia: Patronato Colombiano de Artes y Ciencias. Junta Nacional
del Folclor. Fundación Joaquín Piñeros Corpas, ¿1997? [CD]
Descriptores: oralitura y tradición oral; literatura colombiana; oralitura
afrocolombiana; arrullo; juga; currulao.
Las danzas incluidas se dividen en sacras y profanas, estas últimas, a
su vez, se clasifican en cuadrillas y amorosas. Contiene un cuadernillo
donde se exponen las letras y las partituras de algunos temas. Incluye
cinco cantos de la tradición oral con buena calidad de sonido; la primera
pista de la producción presenta una introducción a la temática. Se
incluyen los siguientes cantos: “Velo que bonito”, “San José Bendito”, “Vamos a adorar”, “La moña” y “Currulao”.